domingo, 25 de diciembre de 2011

Basta.

Últimamente y desde que te fuiste siento un gran vacío en mi pecho, que va seguido de nauseas, una sensación de mareo y llanto. Pero por mucho que te llore, que te siga amando, se que nada de lo que haga te devolverá a mi lado.
Pero basta. Estoy fuera. De los recuerdos, del pasado, de mi mente nostálgica. Aun que me encuentro demasiado perdida. Antes o después las cosas que has dejado atrás te alcanzan. Y las cosas más estúpidas, simples e insignificantes, cuando de verdad se está enamorado, las recuerdas como las más preciosas. Porque su simplicidad no tiene comparación. Y me dan ganas de gritar. En medio de este silencio que llega a hacer daño. Basta. Dejémoslo. Ponlo todo de nuevo en su sitio. Bien, así. Ciérralo con doble vuelta de llave. En el fondo del corazón, allí, en aquella esquina. En aquel jardín con algunas flores, sobra y mucho dolor. Ponlo allí, bien escondidos, te lo ruego, donde no duelan, donde nadie pueda verlo. Donde tú no los puedas ver. Otra vez enterrados, como si nada hubiese pasado



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